Fenómeno anime: Crece el fanatismo
Emular las características físicas, vestirse igual, hablar igual e incluso tener el nombre de un personaje de algún programa o dibujo anime son una tendencia en crecimiento en el país.
Registrar a un recién nacido con el nombre de un personaje del anime ya no es extraño. Además, los eventos, actividades e incluso tiendas con productos de este mundo son una constante en el país.
“Nosotros tenemos el registro en el Segip de 492 personas que han colocado el nombre de Karin, que es un gatito que estaba en una serie; del Coronel Silver, 464 personas; de Majin, 119; de Violet, 107, Videl, que era la esposa de Gohan, 62, y de los dos hijos Gohan y Goten, 40 y 60 personas”, reveló, en semanas pasadas, la directora nacional del Servicio General de Identificación Personal (Segip), Patricia Hermosa, en una entrevista en Unitel.
Esta tendencia se suma a la curiosidad, el gusto y preferencia por la cultura japonesa, lo que se conoce como otaku. Con este término se hace referencia a las personas fanáticas por el manga, anime, videojuegos y cosplay.
Esta comunidad ha crecido a pasos agigantados en los últimos años. Por ello, los eventos y festivales de cosplay se organizan con más frecuencia en el país. En el caso de Cochabamba, son ocasiones en las que los fanáticos muestran sus trajes, lo que es conocido como “hacer cosplay”.
La elaboración de estos trajes puede llegar a ser muy costosa y la idea se centra en que sea lo más parecido posible.
Si bien en años anteriores los jóvenes se encontraban para mostrar sus posesiones de personajes fantásticos o los videojuegos, ahora también se unen los niños, muchos de ellos con trajes incluidos o personificando de alguna manera a los protagonistas de series o películas anime.
Al ser una comunidad creciente, los nombres comienzan a tomar protagonismo, por lo que además de ser registrados en los servicios de identificación, muchos piden ser llamados por otros nombres ficticios.
Las personificaciones no se quedan únicamente en la forma de vestir, algunos fanáticos pasan las barreras y estudian el idioma original de la serie e incluyen palabras, frases, entonación u otros en las conversaciones.
Las comunidades se dividen de acuerdo con la afinidad. Los otakus se reúnen en grandes eventos en los cuales lo principal es exhibir un trabajo pulcro para mostrar su pasión.