Emprendimiento femenino en Bolivia, un futuro innovador
En un mundo cada vez más dinámico, el rostro del emprendimiento ha ido evolucionando, y Bolivia no es la excepción. Actualmente, las mujeres lideran proyectos innovadores que no sólo impulsan la economía local, sino que también rompen barreras sociales y culturales. Ferias como la recientemente realizada en Cochabamba, organizada por la Red Nacional de Mujeres Emprendedoras y Saturnalia Feria Creativa, ponen en vitrina el poder y la capacidad de las mujeres para transformar sus ideas en realidades concretas.
El crecimiento de los emprendimientos liderados por mujeres no es un fenómeno casual. La independencia económica, el acceso a la educación y el apoyo mutuo en comunidades solidarias son piezas clave en este cambio, por lo que, en la última década, se observó un aumento considerable de mujeres que se atreven a lanzarse al mundo empresarial, enfrentando desafíos estructurales como la falta de financiamiento y las desigualdades de género que persisten en algunos sectores.
“El objetivo principal de esta feria es promover la generación de recursos propios para las mujeres y así lograr su independencia económica”, menciona Vilma Mérida, representante de la Red Nacional de Mujeres Emprendedoras en Cochabamba. Por su parte, Diego Terán, organizador de Saturnalia Feria Creativa, señala que “el objetivo es el apoyo a la producción local y al emprendimiento”.
HISTORIAS INSPIRADORAS
Un claro ejemplo del espíritu emprendedor es Rosmeri Aranibar. Ella comenzó confeccionando ropa para niñas, pero al principio no tuvo el éxito esperado. Sin embargo, gracias a su formación en diseño y su capacidad para reinventarse, decidió adaptarse a las circunstancias del mercado. Con valentía y creatividad, lanzó un emprendimiento de prendas exclusivas inspiradas en animes. Este giro no sólo le permitió destacar en el sector, sino que también le abrió las puertas para participar en diferentes festivales donde su trabajo ha sido reconocido.
Otro caso notable es el de Ericka Cabero, quien con su emprendimiento Crisálida Accesorios ofrece una variedad de manillas artesanales, collares y aretes tanto para hombres como para mujeres. Lo que distingue a Ericka es que no sólo vende accesorios nuevos, sino que también incorpora un servicio de reparación para aquellos que deseen revivir alguna pieza especial. Este compromiso con sus clientes refleja una tendencia entre las emprendedoras: buscar soluciones sostenibles y creativas en un mercado competitivo.
Por otro lado, Rubí Rodríguez ha encontrado su nicho con Piqueo de Rubí, ofreciendo una deliciosa variedad de galletas de vainilla, integrales y productos sin gluten. Su oferta incluye empanadas de queso y queques de varios sabores. La pasión por la cocina se traduce en cada bocado, mostrando cómo el emprendimiento puede ser una forma deliciosa de expresión personal.
Ronilda Contreras también ha hecho su marca con productos innovadores. Su línea incluye cobertores de cocina diseñados para proteger los utensilios del polvo y la grasa. Además, produce mandiles y un novedoso producto: billeteras higiénicas que permiten transportar toallas menstruales discretamente. Este tipo de innovaciones no sólo resuelven problemas cotidianos, sino que también abordan necesidades específicas de las mujeres, destacan.
LA DIVERSIDAD DEL EMPRENDIMIENTO FEMENINO EN LA CIUDAD
Las ferias organizadas en diferentes fechas del año destacan una amplia gama de emprendimientos que van desde tejidos a mano o a máquina hasta alimentos naturales y productos orgánicos. Basilia Escalera es un ejemplo inspirador: su emprendimiento se centra en tejidos a crochet con los que crea girasoles, tulipanes y muñequitos que pueden usarse como llaveros. Basilia comparte que comenzó a tejer durante la pandemia como una forma de ocupar su tiempo libre. Su hija María también se ha unido al negocio produciendo aretes de porcelana. Comenzó viendo videos en YouTube para mejorar sus habilidades y ahora ofrece una variedad impresionante al público.
Por otro lado, Alicia Becerra ha encontrado su camino en el mundo del cuero ofreciendo monederos, carteras, billeteras, portafolios y mochilas. Cada uno de sus productos refleja un compromiso con la calidad y el diseño artesanal.
En el mundo de las plantas, Sofía Beatriz RicoToro Orosa se especializa con los cactus y suculentas en pequeñas macetas. “He empezado haciendo bonsáis; tengo en mi casa bonsáis de más de 35 años”, dice Sofía. Debido al espacio que ocupan sus plantas, decidió dedicarse a venderlas. Además, produce fruta deshidratada, mostrando así cómo el emprendimiento puede diversificarse.
DESAFÍOS LATENTES
A pesar del creciente protagonismo de las mujeres en el mundo empresarial con una diversidad de iniciativas, los obstáculos siguen siendo considerables. “Uno de los mayores desafíos es conseguir espacios públicos para las ferias”, menciona Mérida. Muchas familias dependen económicamente de estas ferias; sin embargo, realizarlas una vez al mes resulta complicado debido a la disponibilidad limitada de lugares adecuados. Un reto interesante sería establecer un paseo artesanal con espacios permanentes; actualmente están trabajando con las autoridades locales para lograrlo.
Las ferias no sólo visibilizan a las emprendedoras bolivianas; son plataformas vitales para el aprendizaje y empoderamiento femenino. A medida que más mujeres se suman con ideas innovadoras y soluciones creativas a problemas cotidianos, el futuro del emprendimiento en Bolivia parece prometedor y lleno de oportunidades transformadoras. Estas historias son testimonio del poder del emprendimiento femenino para cambiar vidas y comunidades.