Erika Silva, la boliviana que ayuda a ucranianas violadas tras la invasión rusa
La boliviana Erika Silva, una médica que colabora con la organización Plan Internacional, viaja a menudo a Polonia para ayudar a mujeres ucranianas violadas por soldados rusos tras la invasión rusa a Ucrania en 2022.
"En mi primer viaje no podía creer que el hombre tuviera tanta capacidad para hacer daño", dice la boliviana en un reportaje del RFI.
El horror de la guerra en Ucrania, en particular los abusos y agresiones sexuales cometidos por soldados rusos contra mujeres ucranianas desde la invasión de Rusia a ese país en febrero de 2022, han marcado profundamente a Erika Silva, médica boliviana radicada en Canadá, señala el reportaje.
Poco después de la invasión de Rusia a Ucrania hace un año y medio, ella ha estado viajando cada dos meses a Polonia, en la frontera con Rusia, para ayudar a numerosas ucranianas.
“Cuando se dan cuenta de que han quedado embarazadas tras la violación de un soldado ruso, se hallan en una situación muy desesperada porque es el embarazo del enemigo contra el que combate su esposo y no han tenido la fuerza para decirles a sus compañeros lo que les ha pasado, pues saben que eso los destrozaría", explica. "Algunas de ellas han querido suicidarse", agrega esta médica boliviana cuyo rol es aportar a esas víctimas una respuesta en salud sexual y reproductiva, así como en derechos sexuales, en el marco de su trabajo en la organización Plan Internacional.
¿Por qué tienen que ser tan crueles?
Casi un año y medio después del comienzo de la invasión rusa a Ucrania, Erika Silva ha estado confrontada con esta dolorosa realidad.
“Cuando llegué por primera vez a Polonia, no podía creer. No podía creer que el hombre tuviera tanta capacidad para hacer daño. Esto me afectó muchísimo. Estaba bastante desmotivada y deprimida. Uno no puede creer que el hombre no solamente esté combatiendo, sino que además se encargue de que todo lo que está a su alrededor sea destrozado. Y, como en todos los conflictos, son sobre todo las mujeres las que pagan los platos rotos. La capacidad que tenemos los seres humanos para hacer la maldad es terrible. No hay otro animal que tenga nuestra capacidad para hacer tanto daño", sostiene.
Al mismo tiempo, la médica boliviana reconoce en su diálogo con RFI que "uno siempre encuentra rayos de esperanza". Ella pudo verlos en "muchos de los polacos que les abrieron las puertas de sus hogares a los ucranianos que huyen de la guerra en su país, los que acogieron a numerosas personas desconocidas. Los polacos les dieron todo lo que podían darles. He visto a voluntarios trabajando día y noche, sin dormir, gente dispuesta a dar para garantizarles a los ucranianos un plato de comida y un lugar para dormir. Entonces, a la vez que está el lado oscuro del hombre, también está la parte buena" , concluye.