Suspenden el récord de perro más viejo del mundo hasta resolver dudas sobre el luso Bobi
La organización Guinness World Records suspendió de forma temporal las solicitudes para los títulos de perro con vida más viejo del mundo y de más longevo de la historia hasta que se resuelvan las dudas sobre Bobi, el can portugués que falleció en 2023 supuestamente a los 31 años.
Un portavoz de la organización confirmó que han decidido suspender estos procesos de forma temporal mientras se realiza la investigación, hasta que todos sus hallazgos estén claros y hayan sido comunicados.
Guiness está revisando el caso de Bobi, un mastín portugués que gozaba del récord de perro más longevo del mundo.
Bobi falleció el pasado octubre a los 31 años y 165 días de edad, pero tras su muerte surgieron dudas sobre su longevidad, ya que varios veterinarios aseguraron que no creían que pudiese haber vivido tanto tiempo.
La organización encargada de certificar los récords mundiales decidió entonces abrir una investigación, que incluye la revisión de los documentos que ya tienen en su poder, búsqueda de nuevas evidencias, consulta con expertos y con las personas que presentaron la candidatura de Bobi, según el portavoz.
La organización Guiness matizó que por el momento no se ha retirado ningún título al perro y que esa decisión dependerá de los resultados de la investigación.
Bobi fue reconocido en febrero de 2023 con el récord Guinness al perro más longevo del mundo hasta la fecha, un título que le dio fama mundial y que motivó a cientos de personas a visitarle en sus últimos meses de vida.
Su raza, habitualmente empleada para proteger al ganado de depredadores y conocida en Portugal como "rafeiro do Alentejo", tiene una esperanza de vida de unos 13 años.
Bobi estaba registrado desde 1992 en el servicio veterinario del municipio de Leiria y en el sistema nacional de control portugués SIAC.
Antes que Bobi, el récord del perro más viejo con vida lo tenía Spike, un chihuahua de 23 años, mientras que el récord del más longevo hasta la fecha lo ostentaba Bluey (1910-1939), un pastor australiano que vivió hasta los 29 años y 5 meses.