Relajación: El antídoto contra el estrés en la vida moderna
Cada 15 de agosto se celebra el Día Mundial de la Relajación, una fecha que invita a hacer una pausa en medio del ajetreo diario para alcanzar un estado de tranquilidad, bienestar y calma que se asemeja a la sensación reparadora del sueño.
La relajación, además de ser un placer momentáneo, es una necesidad crucial para reducir los efectos del estrés en la mente y el cuerpo, y así evitar problemas de salud que van desde la alta presión arterial hasta enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes.
Carlos Meneces, psicólogo y coach emocional, explica que la relajación actúa en nuestro organismo de manera similar a cómo un reseteo funciona en un sistema operativo de una computadora.
“Cada vez que nos relajamos, permitimos que nuestro cuerpo y mente reordenen sus funciones y procesos biológicos”, menciona Meneces. Según el profesional, el cuerpo necesita descansar para continuar funcionando de manera óptima, y cuanto más relajado esté, mejores serán los resultados en las actividades diarias.
Para quienes buscan formas efectivas de relajarse, Meneces sugiere siete técnicas y prácticas que pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar la calidad de vida:
1 Mindfulness
Esta técnica consiste en enfocar la atención en el momento presente, aceptando pensamientos y emociones sin juzgarlos. Al reducir la actividad de la amígdala, la parte del cerebro responsable del estrés, el mindfulness facilita un estado de calma y claridad mental. Se puede practicar en sesiones guiadas o autodirigidas, de 5 a 30 minutos, concentrándose en la respiración y las sensaciones corporales.
2 Yoga somático
Este tipo de yoga se enfoca en la percepción interna y la reconexión con el cuerpo a nivel sensorial. A través de movimientos suaves sincronizados con la respiración, ayuda a liberar tensiones acumuladas en los músculos y el sistema nervioso, promoviendo una relajación profunda.
3 Baños de sonido
Mediante sonidos de cuencos tibetanos, gongs y otros instrumentos, los baños de sonido inducen un estado de relajación profunda similar a la meditación. Las vibraciones sonoras equilibran las frecuencias cerebrales y favorecen la relajación.
4 Técnica de respiración holotrópica
Esta técnica de respiración controlada permite acceder a estados alterados de conciencia y facilita la sanación emocional. La respiración profunda y rítmica activa el sistema nervioso parasimpático, promoviendo la relajación y la liberación de tensiones.
5 Meditación guiada
La meditación guiada permite desconectar del estrés cotidiano y alcanzar un estado de calma profunda. Con cascos de realidad virtual, se exploran escenarios relajantes como playas o bosques mientras se sigue una meditación dirigida. Plataformas como Spotify ofrecen una amplia variedad de meditaciones guiadas en español, diseñadas para reducir el estrés y mejorar el bienestar.
6 Música en 432 Hz
Se dice que la música sintonizada a 432 Hz, una frecuencia natural, tiene propiedades curativas y relajantes. Esta frecuencia, en armonía con la naturaleza, ayuda a equilibrar el cuerpo, calmar la mente y reducir la ansiedad.
7 Técnicas de respiración para activar el sistema parasimpático
La respiración controlada, como la diafragmática o la técnica 4-7-8, activa el sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación y recuperación del cuerpo. Al reducir el ritmo cardíaco y la presión arterial, estas técnicas promueven la relajación profunda.
¿Cómo empezar a meditar?
La relajación se puede lograr a través de diversos ejercicios, como sentir el propio cuerpo, observar la respiración o simplemente dejar pasar los pensamientos sin reaccionar. Para comenzar, sugiere Meneces, es fundamental empezar con la respiración, que actúa como el nexo entre cuerpo y mente. Observa cómo entra y sale el aire por la nariz, lo cual te ayuda a centrarte en el momento presente. Al iniciar, es recomendable hacerlo en períodos cortos, de entre cinco y diez minutos, e incluso comenzar con sólo un minuto si es necesario. La idea es integrar estos momentos de práctica en tu rutina diaria. Además, la comodidad es esencial: encuentra un lugar tranquilo y con luz tenue. La postura ideal es la posición de loto, pero si no es posible, usa cojines para apoyar los glúteos o siéntate en una silla con la espalda erguida. Es importante aceptar que la mente puede distraerse fácilmente; esto es normal y forma parte del proceso. No te desanimes si pierdes la concentración; simplemente redirige tu atención tantas veces como sea necesario, sin juzgarte ni recriminarte.