Amadeo Castro: Cochabamba es el fundamento de mi obra
Formado en la escuela de Artes Plásticas, nacido en Tarija pero de raíces cochabambinas, el pintor Amadeo Castro confiesa que Cochabamba es el fundamento de sus trabajos pictóricos y que pese a la “indolencia” de las instituciones llamadas por Ley para apoyar este arte (Prefectura y Alcaldía), su vida entera está dedicada a la pintura.
“Me puede faltar comida, ropa o dinero pero jamás dejaría de pintar”, dijo categórico Amadeo Castro que esta semana inauguró en el Centro Patiño su muestra pictórica Decoloración.
“En mi larga vida he viajado por muchos lugares, exponiendo individual y colectivamente: estuve en México, Perú, Japón, Italia, España, Ecuador… y en todos esos años, desde los 15 años hasta ahora he recibido muchos premios”, comenta Castro, sin mucha pretensión.
Cochabamba “es sin duda alguna el fundamento de toda mi obra porque en Italia, por ejemplo, o en México y Japón pintaba o llevaba cuadros de Cochabamba. Siempre aparece esta ciudad… Si existe Amadeo Castro es porque existe Cochabamba”.
“Y no se trata del clima porque a mí me sienta mal pero no he podido desprenderme de esta ciudad y en todo país que estuve la desesperación por volver ha sido increíble”.
Según el autor “la presente muestra, recupera ante todo la tradición clásica de la pintura al óleo en formatos que son de mi predilección. Busca dilucidar la problemática del color al aceite sobre el lienzo, en cuanto el color se presta a infinitas técnicas, texturas, veladuras y acabados. En este contexto, me interesa de sobremanera la decoloración en el sentido de la reconstrucción y no a la descoloración, como técnica en la cual autocrítica debería prevalecer por sobre toda autosobrevaloración que casi siempre conduce al error o la impostura”.
Su obra ha “bamboleado” entre el impresionismo, el naturalismo, el realismo inclusive al abstracto”.
“Empecé a interesarme en la pintura seguramente a los 13 ó 14 años cuando admiraba las exposiciones de Gíldaro Antezana, Vladimir Rojas y Víctor Arze Góngora, entre muchos otros grandes de la época. La impresión que me causó ver las obras de estos artistas despertó en mí la ansiedad de pintar”, asegura.
Antes de entrar a la Escuela de Artes Plásticas, Castro ya tenía amplia experiencia en el dibujo y el manejo de color, especialmente el óleo y la acuarela.
“El óleo es una especialidad que domino y manejo muy bien, así como el dibujo y la acuarela”.
Su obra se halla en colecciones particulares en Ecuador, Australia, Estados Unidos, Alemania, Colombia, Argentina y México.