Los culpables (II)
Un ejército de cómplices, instigadores y encubridores está por detrás de la crisis climática y ambiental. Existen dos grandes grupos. El primero está integrado por autoridades nacionales y subnacionales. Ahí está el funcionario de bajo rango que cobra coimas y autoridades de alto rango que firman decretos oscuros y leyes ambientales regresivas. Ahí están los exministros Wilson Cáceres, Edwin Characayo o Santos Cruz, todos destituidos por denuncias de corrupción. La Gobernación de Beni es autora del plan del uso del suelo (PLUS) que convierte el bosque amazónico en tierras de agronegocio. La de Santa Cruz, el brazo político de grupos de poder conectados al agronegocio.
El segundo grupo está conformado por los aliados políticos del Gobierno. Integran dos sectores que solían ser enemigos: las organizaciones campesinas, interculturales e indígenas oficialistas, y los grandes agropecuarios cruceños. En la cumbre “Sembrando Bolivia” de 2015, se juntaron y pactaron la profundización de la economía extractiva con la ampliación de la frontera agrícola. La alianza se materializó con las “leyes incendiarias”. Eliminaron las multas por desmontes, legalizaron los desmontes, socavaron las medidas de protección ambiental: convirtieron los procesos de control, regulación y fiscalización ambiental en burocracias sinsentido. Firmaron un pacto de silencio. Sin objeción campesina, el agropoder cruceño legalizó millones de hectáreas a su favor y, a cambio, los interculturales y campesinos arrimados al Gobierno recibieron miles de autorizaciones para ocupar las tierras fiscales de Santa Cruz, Beni y norte de La Paz.
Si hubiera que buscar a los autores intelectuales... Evo Morales y Álvaro García Linera inauguraron el encuentro y compartieron palestra con Julio Roda, presidente de la CAO, Rodolfo Machaca, secretario ejecutivo de la Csutcb y Nemesia Achacollo, ministra de Desarrollo Rural y Tierras.
Columnas de GONZALO COLQUE